Una cosa es lo que proponen planes y programas de estudio, y otra lo que los estudiantes aprenden en el aula de clase. La distancia entre lo uno y lo otro es la distancia que separa al currículo propuesto (lo que se programa y se espera que aprendan los alumnos) delcurrículo efectivo (lo que realmente se enseña). Son, por último, los docentes quienes - incluso dentro de los límites que generalmente impone un currículo - terminan decidiendo qué y cómo se enseña.
Los mismos planes y programas de estudio pueden ser interpretados y manejados de maneras muy diversas. El mejor currículo propuesto puede ser distorsionado y hasta anulado en la práctica pedagógica de un mal educador. Y al revés: el peor currículo propuesto puede ser convertido en una oportunidad de enseñanza y aprendizaje relevante, si de por medio está un buen educador.
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Qué gran verdad, solo aquel que sepa aprender a adaptarse será el "vencedor". Darwinismo puro a la orden del día.
ResponderBorrar@Melovida Totalmente de acuerdo, yo comenté lo mismo en el blog original de donde estraje este fragmento. Creo que los "Especialistas" en contenidos curriculares deberían estar un ratito nada más con 35 o 40 alumnos en el aula para ver la realidad. "Del dicho al hecho hay un largo pero largo trecho..."
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