Anton Fils (1733-1760) es un músico desconocido que estuvo al servicio del príncipe elector palatino Karl Theodor en Mannheim desde mayo de 1754 y que ingresó en la orquesta de la corte como violoncellista.
De origen bávaro, poco sabemos de su vida, pero parece haber sido instruido por su padre en el arte musical. Hay algunos raros escritos que hablan de este músico que junto con la demostración sonora del presente registro nos hacen valorar muy positivamente la personalidad musical de Fils. Seis años después de su muerte, una revista de Hamburgo hablaba de este joven compositor lleno de espíritu y de fuego en sus sinfonías, sus movimientos lentos armoniosos y absolutamente hermosos. Y Schubart (no Schubert) le menciona como «el mejor compositor de sinfonías que había visto hasta el momento».
Su prematura desaparición favoreció la eclosión de leyendas alrededor de su persona, y la circunstancia que más nos ha llamado la atención es la fuerte manía que al parecer tenía nuestro protagonista de comer arañas, hecho que, según algunos, habría precipitado la muerte del compositor. Lo cierto es que si así fue, su talento musical está lleno de inspiración. Se resalta también su originalidad tanto en el plano musical como en el físico, pues tenía rasgos británicos tanto en su fisonomía como en la estructura de su alma, nos indica el mismo Schubart. Apesar de que la composición no era para él una obligación, produciría sinfonías, conciertos, música de cámara y un pequeño número de piezas sacras. En total un corpus no del todo conocido, ya que se dice que una vez interpretadas sus obras, su autor no hacía gran caso de las mismas, y en ocasiones las empleaba para hacer fuego. Hoy se cuenta con 30 sinfonías, de cronología incierta, pero que es fácil atribuir al periodo 1754-1760 de Mannheim.
Aquí en Amazons pueden adquirir el disco que contiene 5 sinfonés de este desconocido y buen compositor.
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